En diálogo con Canal E, el analista José María Rodríguez Saráchaga se refirió al escenario electoral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con una frase contundente: “Es una elección rara, casi grotesca”. Para justificar esta afirmación, señaló casos como el de Caruso Lombardi, conocido director técnico de fútbol, hoy devenido en candidato, y el de “El Pitu” Salvatierra, quien fue condenado por el robo de tres bancos y participó en la toma del Parque Indoamericano.
“No se trata solamente de personajes excéntricos, sino de figuras que ni siquiera tienen formación política o propuestas claras”, explicó. A su criterio, muchos de los postulantes fueron incluidos por su supuesta llegada con la gente, no por su idoneidad.
Candidatos sin proyección real
El analista cuestionó duramente la fragmentación y falta de estrategia en los principales espacios políticos. “Fue un mal cálculo del PRO, que se profundiza con divisiones internas como la de Adorni y Marra. Es cualquier cosa”, afirmó. También criticó la postulación de Horacio Rodríguez Larreta: “Si alguien de su entorno lo quisiera de verdad, le habría dicho que no se presente”.
En ese marco, Saráchaga explicó que solo los cinco primeros candidatos en las encuestas tienen chances reales. “El resto participa para sacar dos votos. Es una elección en el borde del ridículo, del lado de afuera”, ironizó.
Ramiro Marra y la crisis interna libertaria
Uno de los focos de su análisis fue Ramiro Marra, referente de un nuevo movimiento liberal. “Cambió de partido varias veces, fue de peronista a libertario, y ahora nadie lo reconoce como fundador de La Libertad Avanza”, comentó.
Rodríguez Saráchaga comparó la situación interna del espacio liderado por Javier Milei con la novela Rebelión en la granja de George Orwell: “Todos se creen padres fundadores, y al igual que en el libro, hay un proceso de reescritura de la historia donde los aliados de ayer se transforman en traidores”.
Según el analista, este tipo de disputas internas y candidaturas sin rumbo dejan al electorado ante una oferta “de apariencia cómica, pero que refleja una profunda crisis de representación”.