El galán del momento, Vico D’Alesandro, atraviesa días de alta exposición luego de que se confirmara su vínculo con Zaira Nara. Sin embargo, lejos de esquivar las cámaras, decidió hablar en público y blanquear cuál es su gran refugio en medio del revuelo mediático. La confesión llegó en la mesa televisiva de Juana Viale, donde sorprendió con una declaración profunda y cargada de sinceridad.
“El texto me parecía riquísimo, difícil y súper lindo para contarlo. Realmente era una obra que valía la pena mostrarle al público”, aseguró con convicción, dejando en claro que el teatro se transformó en su cable a tierra. Con tono serio, explicó que no busca la vanidad de ser protagonista, sino el desafío de sostener una historia que conmueva a la gente.
Durante la charla, el actor resaltó que cada proyecto teatral es una forma de sanación personal: “Yo creo que el teatro sana un montón. Es un lugar donde uno se reencuentra, no porque vengas roto, sino porque te conecta con algo distinto”. La frase no solo descolocó a los presentes, también mostró una faceta distinta del galán que muchos asocian únicamente a su costado mediático.
El vínculo con el escenario lo llena de energía, incluso en un contexto donde la exposición pública es intensa. “En tiempos de inmediatez, donde todo dura un segundo, ir a ver un espectáculo en vivo tiene un valor enorme. Ese vértigo de estar ahí, de confundirte, de transpirar frente al público, me parece maravilloso”, remarcó, dejando claro que su pasión por la actuación está por encima de los flashes.
LAS CONFESIONES DE VICO D’ALESANDRO
En ese sentido, D’Alesandro sostuvo que el teatro no solo lo sana a él, sino también a quienes lo miran. “Impactás positivamente en el otro, en el que está viendo. Eso es lo más poderoso”, reflexionó, convencido de que subirse a un escenario es su mejor forma de refugiarse del torbellino mediático.
Mientras tanto, su romance con Zaira sigue acaparando titulares. Sin embargo, él parece tener claro dónde encuentra paz: en el teatro, ese espacio que le devuelve calma en medio de la vorágine de la fama.