Cuando Javier Milei anunció qué productos y derivados serían alcanzados por la baja de retenciones, los aplausos de los productores agropecuarios que hasta entonces eran algo tímidos se transformaron en una ovación que lo acompañó hasta el final de su discurso de 40 minutos en la inauguración de la 137 exposición de la Sociedad Rural Argentina y hasta que se fue del predio de Palermo. El mandatario cargó contra el peronismo, Cristina Kirchner, el Congreso, ratificó los vetos al aumento de jubilaciones y para discapacidad y aludió a Victoria Villarruel, finalmente ausente en el palco donde se ubicó el jefe de gobierno porteño Jorge Macri, al que casi todo el gobierno le dio la espalda.
“Solo queda el yunque más pesado: las retenciones. Por eso quiero aprovechar este día para hacer un anuncio importante sobre este gran flagelo que nunca debió haber existido. Desde hoy, las retenciones a la carne aviar y vacuna se reducirán del 6,75% al 5%; las retenciones al maíz, de 12% a 9,30%; las retenciones al sorgo, de 12% a 9,30%; las retenciones al girasol, de 7,5% y 5% al 5,5% y 4%; y también las retenciones a la soja, del 33% al 26%, y a los subproductos de soja, del 31% al 24,5%”, sorprendió el mandatario, que incluyó a la oleaginosa que más divisas genera.
Milei festejó chocando su puño con Luis Caputo, que sentó a la derecha del Presidente. Un rato antes el ministro de Economía, el Presidente y su hermana se abrazaron arriba de la caja de la 4×4 en la que ingresaron al picadero para ubicarse en el palco de honor. Nicolás Pino, el Presidente de la SRA, celebró con un aplauso largo y una sonrisa dedicada al ministro y celebró estrechando la mano del mandatario. Las cuatro tribunas de la pista donde se exhibían los toros campeones de la feria ganadera se sumaron a los vítores. Hasta esa hora, todavía había dudas sobre el alcance de las medidas del Gobierno
Entre aplausos, el jefe de Estado calculó que la rebaja impositiva era del 20 por ciento y prometió que no volvería a subir el impuesto, como sucedió en 2024. “Estas reducciones son permanentes y no tendrán vuelta atrás, mientras yo esté en el gobierno. Eliminar las retenciones es una obsesión para nuestra gestión”, señaló.
En la primera fila lo aplaudían el jefe de Gobierno Jorge Macri, el presidente provisional del Senado Bartolomé Abdala y los gobernadores de Santa Cruz y San Luis, Claudio Vidal y Claudio Poggi. Más atrás se ubicaron el chaqueño Leandro Zdero y el correntino Gustavo Valdés.
La vicepresidenta -a quien Milei había calificado como una “bruta traidora” el martes en un acto partidario en Córdoba- fue la gran ausente. El jefe de Estado le dedicó nuevas críticas, pero evitó mencionarla. “No suman ni con un ábaco. Por eso dicen que un gasto de US$ 17 mil millones anuales puede ser financiado con un recorte de gastos de 30 millones en la SIDE, que ahora quieren desfinanciar, pero hasta hace muy poquito querían manejar”, dijo a propósito de las críticas de Villarruel al Presidente. Un rato después -en una entrevista en el estudio móvil de Mitre- fue más explícito. “Vivía en el anonimato absoluto, terminó llegando a la vicepresidencia de la Nación y te clava un puñal”, dijo.
El mandatario siguió ensanchado el abismo que existe entre él y su compañera de fórmula y también replicó las objeciones a sus viajes, que, según prometió, repercutirán en “tremendas noticias”. «Son criticados por quienes gastan viaje tras viaje, pagados por los viáticos del Congreso, para fines personales, pasear o políticos, o rosca”; consignó. La vice había estado días atrás en Catamarca y en Santiago del Estero. Desde el entorno de la vicepresidenta sugirieron que el Gobierno había obturado su presencia en la SRA.
El público celebró mucho más las alusiones a Cristina Kirchner y contra el peronismo que el resto de la artillería dialéctica que descargó el Presidente en tono proselitista. «El partido del Estado cree que ustedes deben subordinarse eternamente a subsidiar a las decrépitas industrias infantes de la casta. (…) Recordemos la fijación que tenía la doblemente condenada y ahora presidiaria, al llamar “yuyo” al producto que había financiado toda su aventura colectivista», dijo.
El anfitrión Pino también cosechó aplausos con el mismo recurso, cuando señaló la condena a la ex presidenta como un símbolo de la independencia judicial.
El Presidente se sintió cómodo y lució varios regalos, desde el casco de Adolfo Cambiasso a una pelota de pato. Antes de que empezara su discurso, se escuchó un grito desde el público.
-¡Gracias por bajar la inflación, señor presidente!
-Gracias, pero falta. Vas a ver a la mitad del año que viene, cuando la bajemos a cero- prometió el mandatario, que contestó al instante.
En tono de campaña, Milei utilizó su arsenal retórico contra el resto de la política a la que definió como parásitos mentales -una definición de su amigo Axel Kaiser- y parásitos fiscales. “Vamos a vetar estas leyes que lo que buscan es llevar al país a la bancarrota y a la pobreza”, bramó entre más aplausos. Los gobernadores no aplaudieron. Milei después de declaró que espera que lo acompañen para blindar los vetos en camino.
También apuntó contra Martín Lousteau -“el autor de la 125”- justo cuando Jorge Macri planea revitalizar JxC, aunque preferiría una alianza con el Gobierno en la Ciudad de cara a las elecciones de octubre como la que plasmó Cristian Ritondo en la Provincia. “Él cree que la General Paz no puede limitar los acuerdos”, traducen en la mesa chica del ejecutivo porteño. Karina Milei lo rechaza. Fernando de Andreis, mano derecha de Mauricio Macri, también sugirió que era una buena idea, pero el ex presidente todavía no se manifiesta.
El jefe de Gobierno, acompañado por su esposa, se acercó a saludar al Presidente al principio del acto. Al final casi todo el Presidente y el gabinete lo eludieron. Solo el diputado y casi seguro candidato José Luis Espert y Abdala dialogaron unos instantes con él. Guillermo Francos apenas saludó al resto de los gobernadores. “No era el ámbito”, explicaron cerca del jefe de Gabinete.
El auditorio -en pleno- vivó al Presidente con su cierre acostumbrado. «¡Viva la libertad, carajo!».
Pino esbozó algunas críticas al Gobierno por la actualidad del sector agropecuario y citó la máxima aristotélica asociada al peronismo, al tiempo que resumió el principal argumento de la SRA para apoyar -aún con matices- al oficialismo, aunque declaró que no es un aliado partidario. “La única verdad es la realidad. Tenemos que reconocer los avances que ha habido en el país desde el año pasado, pero también señalar lo que falta por hacer. Si algo tenemos claro es adónde no queremos volver”, sentenció. Pidió por el mantenimiento del INTA -que Federico Sturzenegger quería fusionar con el INTI- y por la eliminación de las retenciones y de ingresos brutos provinciales y reclamó crédito a largo plazo y más seguridad. “No hay nadie, inclusive ningún político, ni aún los funcionarios de este propio gobierno, que no admita, en público o en privado, que las retenciones son desastrosas”, dijo.