“Recursos adicionales a áreas concretas” y “distribución razonable” para “cumplir” con las distintas “obligaciones” en el contexto de “emergencia económica actual”, son las expresiones con las que el Gobierno justificó un alza de partidas presupuestarias a distintas áreas del Estado. Entre ellas, algunas que dependen del Ministerio de Salud, y particularmente, a los hospitales que Nación gestiona con otras jurisdicciones, de los que se destaca el Hospital Garrahan, centro de salud que hace largas semanas transita un acalorado conflicto por los salarios atrasados de su personal, y que -detalla ahora el Boletín Oficial- recibirá su primer aumento presupuestario en lo que va del año. Será del 9,82%.
Todo está descripto en el decreto 425, publicado este lunes, del que penden tres anexos. Quizás sea un error no leerlos en línea con lo que el Ministerio de Salud ya venía expresando desde mayo. En el contexto del paro de residentes de ese centro de salud de referencia nacional en pediatría, decían entender que los sueldos del personal estaban atrasados, pero rechazaban ceder hasta que no se reordenaran “las cuentas” del hospital, algo que, tomando las palabras exactas que salieron de la cartera que maneja Mario Lugones, implicaba enfatizar que “los ñoquis se van”.
Con el clima sumamente tensionado por la amenaza de recortes y despidos en el horizonte, este lunes, el Ministerio de Salud volvió a enfatizar que no cedería en materia salarial y que esta discusión debe darse en la paritaria. No obstante, en la misma jornada se oficializó el aumento del 10% en las partidas, que deberá destinarse expresamente a recomposición salarial.
Tras la consulta de este medio, fuentes oficiales explicaron que el Ministerio no cedió ni se echó para atrás por los reclamos, sino que el aumento “estaba pedido desde antes” y “se oficializó ahora”.
El primero de los anexos incluye un renglón dedicado al Hospital Garrahan, que consigna una partida nueva por $ 16.651.259.859. Se agregarán a los $ 169.445.844.808 con los que ya contaba el hospital desde el último aumento presupuestario de 2024, confirmaron desde el Ministerio de Salud ante la consulta de Clarín.
Ese año, asegura el Gobierno, habían aumentado el presupuesto del hospital en un 241%, la cifra que nuclea los aumentos que dieron las resoluciones 188 (del 7 de marzo) y 5728 (del 28 de noviembre), más el DNU 594.
Habían partido de un crédito inicial (desde 2023) de $ 49.698.423.852, que en 2024 se elevó a casi 169,5 mil millones. Con el cambio comunicado este lunes, el presupuesto del Garrahan debería subir a $ 186.097.104.667.
La pregunta obvia es si el alza del 9,8% en el presupuesto del hospital se traducirá en un aumento salarial para el personal.
Garrahan: partidas presupuestarias y sueldos
Este mismo lunes, fuentes ministeriales confirmaron en declaraciones a Infobae que la conciliación obligatoria (conducida por el Ministerio de Trabajo) con los trabajadores del hospital que vinieron haciendo paro en reclamo por mejoras salariales, estableció que “la pauta salarial se discute en la paritaria nacional”, pero sumaron que, “aun así, se dejó la puerta abierta a mejoras locales, solo si se financiaban con recursos genuinos del hospital”.
¿Se puede estimar que el engrosamiento de las partidas presupuestarias desde Nación es un “recurso genuino” como para subir los sueldos casi un 10%? En la cartera de Salud evitaron dar ese grado de precisión, pero parece bien claro el texto del Boletín Oficial que oficializa la nueva partida a los hospitales SAMIC, la sigla que resume la cualidad de que un centro de salud tenga gestión compartida entre el gobierno nacional y alguno provincial. En el caso del Garrahan, 80% lo gestiona Nación, y el 20% restante, la ciudad de Buenos Aires.
Con mucha claridad, el Boletín transmite que “corresponde incrementar el presupuesto del Ministerio de Salud, con el objeto de dar sostenimiento a los gastos en materia salarial” de los siete centros de salud que están en la categoría SAMIC.
Salvo el Hospital de Alta Complejidad “El Calafate”, que tiene la gestión compartida con la provincia de Santa Cruz, y el Garrahan, que como se ubica en la ciudad de Buenos Aires comparte la conducción con el ámbito porteño, los otros cinco tienen gestión compartida con la provincia de Buenos Aires.
Son el Hospital de Alta Complejidad en Red “El Cruce – Dr. Néstor Carlos Kirchner”, el Hospital Cuenca Alta “Néstor Kirchner”, el Hospital “Dr. René Favaloro”, el Hospital “Presidente Néstor Kirchner” y el Hospital Alta Complejidad del Bicentenario Esteban Echeverría.
Discapacidad, en el presupuesto de Salud
Reforzar el presupuesto en materia de “equipamiento, medicamentos, insumos médicos y farmacéuticos relacionados con el accionar de varios programas” del Ministerio de Salud, es otra de las metas presupuestarias a las que apunta el texto del decreto 425.
No parece un tema menor, en el contexto de recortes a áreas enteras y programas sociales diversos. Si bien se intentó profundizar en esa novedad, al cierre de esta nota Clarín aguardaba precisiones del Ministerio sobre los programas que podrían tener una actualización presupuestaria a partir de esta novedad.
Si bien hay un breve párrafo dedicado a detallar que el Ministerio transferirá un cargo de planta permanente del Instituto ANLIS-Malbrán a la Superintendencia de Servicios de Salud, el último pasaje relevante dedicado a la cartera que maneja Lugones compete al sensible tema de la crisis en materia de discapacidad.
Es que no sólo el Garrahan viene haciendo reclamos. Organizaciones que nuclean a familiares de personas con discapacidad y prestadores que dan servicios a esa población vienen reclamando seguido el atraso mayúsculo del famoso “nomenclador”, la lista con las prestaciones que deberían tener cubiertas (por obra social, prepaga o el PAMI) las personas con Certificado Único de Discapacidad (CUD) y los beneficiarios de las llamadas “pensiones no contributivas por invalidez”. Esas que el Gobierno tanto denuncia que se elevaron indiscriminadamente durante la gestión de Gobierno de Alberto Fernández.
Aunque fuentes consultadas por este medio estiman que el nomenclador está entre un 80% y un 100% por debajo de lo que debería y que esto redunda en un perjuicio directo para los pacientes, que cada vez tienen opciones de profesionales y prácticas de salud más acotados (o sea, más dificultad en el acceso), el párrafo publicado ahora no parece apuntar directamente a esa cuestión, pero podría redundar en ella.
El texto dice que las nuevas partidas deberán destinarse a “incrementar el presupuesto de la Agencia Nacional de Discapacidad”, con dos finalidades. La primera, “atender subsidios por hemofilia”. La segunda, atender las “pensiones no contributivas con sus correspondientes prestaciones médicas”.
AS