En plena avanzada de Javier Milei contra el periodismo, con insultos, apodos y amenazas constantes en redes sociales, reapareció un nombre que sorprendió a muchos: Luis Novaresio. El periodista, que supo tener diálogo frecuente con el actual presidente mucho antes de su salto a la política, decidió contar al aire la verdad sobre el abrupto final de ese vínculo. Y lo hizo sin medias tintas.
Todo empezó cuando el presidente, fiel a su estilo provocador, arremetió contra los medios diciendo: “¿No se les ocurrió dejar de mentir y empezar por decir la verdad? Y si cometen un error, ¿qué les parece pedir perdón?”. A estas palabras, Luis Novaresio respondió desde el programa de Pamela David en América TV, y abrió una caja de Pandora que muchos desconocían.
Según el propio Novaresio, el punto de quiebre con Milei se dio durante una entrevista, cuando aún no era candidato, y el periodista se animó a preguntarle cómo iba a gobernar en caso de ser electo. Lejos de tomarlo como una consulta legítima, el libertario se ofendió. “Él se enoja en ese momento, nunca más me concede una entrevista y me acusó de ponerle palos en la rueda”, recordó Novaresio, visiblemente decepcionado.
El periodista fue aún más profundo: “Yo lo conocí antes de que fuera presidente, y lamento decir que no es el mismo. Escalar el odio como sentimiento es algo personal y muy feo”. Con estas declaraciones, dejó en claro que lo que alguna vez fue un vínculo de respeto mutuo se transformó en distancia total.
UNA HERIDA QUE YA NO SANA
Milei, por su parte, no tardó en reaccionar con apodos. En su cuenta de X, apodó a Novaresio como “Mandrilesio” y lo metió en la misma bolsa que otros periodistas a los que acusa de mentir. El periodista no se quedó callado: “Cuando te metés con el periodismo, te metés con la base del disenso. Y eso es peligroso para la democracia”.
Lejos de buscar una reconciliación, Novaresio dejó en claro que el conflicto con el presidente no es personal sino ideológico. Citando a Alberdi, recordó que “la libertad de expresión es la más absoluta de las libertades”. También fue categórico al afirmar que “el insulto califica al insultante, no al insultado”, una frase que muchos tomaron como directa para Milei.
Lo que quedó en evidencia es que la ruptura entre ambos no fue sólo por una pregunta incómoda, sino por una incompatibilidad profunda de valores. Novaresio eligió el camino del disenso respetuoso. Milei, el del ataque personal. Y en esa grieta, una amistad que alguna vez existió terminó hecha trizas.
En tiempos donde el periodismo está bajo fuego, esta pelea deja al descubierto mucho más que un conflicto individual. «Yo trato de seguir haciendo mi trabajo más allá de quién le guste o no. Todo dará vuelta en algún momento», cerró Luis.