El anuncio sorprendió. No porque no se espere que haya cambios en la Ciudad sino porque fue un viernes a la noche y a partir de un tuit de la vocera porteña, Laura Alonso. Jorge Macri encaró sus primeras reacciones tras la peor derrota de la historia del PRO. Se tomó su tiempo: pasaron doce días desde el domingo fatídico donde el partido que creó su primo Mauricio apenas cosechó el 16%. Es que el jefe de Gobierno porteño no quiso apresurarse y, sobre todo, obedecer sin objeciones a las presiones del expresidente quien, desde el exterior, pretendía cambios profundos.
En nombres todavía no hay nada. Es una reorganización general y marcar los ejes de los próximos dos años y medio. En la batería de modificaciones está la idea de fusionar ministerios, pero Jorge Macri aún no decidió nada al respecto. ¿A qué ministro le sacaría el cargo para ponerlo debajo de otro? “Quisimos dar una señal”, resume una fuente cercana al jefe comunal.
Sin embargo, el mensaje resultó confuso y durante la noche del viernes y gran parte del sábado la incertidumbre de apoderó de los funcionarios. Fue el jefe de Gabinete, Gabriel Sánchez Zinny, quien llevó tranquilidad para que no haya temores generalizados sobre salidas, sobre todo entre los ministerios más grandes.
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Eso sí: las segundas y terceras líneas están en “permanente revisión” (Jorge Macri dixit): eso supone secretarios apuntados también. César el “Ttuta” Torres, el expuntero de Lugano devenido armador territorial y secretario de Gobierno compró todos los boletos el domingo 18 de mayo: está peleado con buena parte del Gabinete, en la campaña sumó broncas dentro de la dirigencia del PRO porteña y los comuneros lo califican de forma denigrante.
Con todo, la idea de que el “orden público, seguridad y limpieza” serán las prioridades se verá en las próximas semanas: la orden de salir a la calle y mostrar gestión, más que nunca, se sigue escuchando en Uspallata, la sede del Gobierno porteño. Fueron las tres cuestiones que estuvieron al tope de los reclamos de los vecinos durante toda la campaña. ¿Cuánto habrá influido en que el corredor norte se tiña de violeta? Jorge Macri insiste en la nacionalización como principal factor de la derrota. Pero no todos están de acuerdo con ello.
El segundo eje que marcó el jefe de Gobierno es donde puede mostrar una diferencia con los libertarios: “salud, educación y desarrollo humano”. Se trata de tres de los ministerios que mejor funcionan: Fernán Quirós, Mercedes “Mechi” Miguel y Gabriel Mraida, respectivamente, están fuera de la revisión.
Aunque lo más significativo del anuncio del viernes fue que se creará un nuevo rol: el que refiere a reforma y simplificación del Estado. Es decir: se comenzará a buscar a un “Sturzenegger porteño”. El nombre no está todavía.
En la comunicación de viernes por la noche de Alonso también hubo un párrafo dedicado al gurú catalán, Antoni Gutiérrez-Rubí, quien fue uno de los artífices de la derrota. Sus consejos al PRO fueron un manantial de errores conceptuales, sobreestimaciones y desconocimiento profundo del electorado porteño.
Entre otras cosas, aseguró que “la marca PRO” medía más de 20 puntos, que no era necesario acordar con otros partidos (como la UCR y la Coalición Cívica, que sumaron casi 5% por fuera), que habría una “gran conversación” con los vecinos y todos ponderarían eso, que habría una “emocionalidad” con la marca amarilla y que había que elegir, sí o sí, una mujer al frente de la boleta. A eso se le suma –con el diario del lunes– la pésima decisión de adelantar las elecciones locales.
El estratega que se le ocurrió sumar a Rubí fue Fernando de Andreis, exsecretario General de la Presidencia. Hace cuatro años que intenta acercarlo a dirigentes del PRO. Jorge Macri no resolvió echar a De Andreis, quien es uno de los hombres más cercanos a su primo. Con correrlo de algunas decisiones alcanzará en esta etapa.