La posible colisión del cometa 2024 YR4 contra la Tierra en el año 2032 encendió las alarmas de la comunidad científica y el público en general. Con un diámetro estimado de entre 40 a 100 metros, este objeto espacial fue detectado el 27 de diciembre de 2024 por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) en Chile. Desde entonces, los astrónomos siguen de cerca su trayectoria, la cual indica una probabilidad de impacto del 2,3%, una cifra que casi duplica las estimaciones iniciales.
Según cálculos preliminares, en caso de que 2024 YR4 mantenga su curso actual y colisione con la Tierra, el impacto podría ocurrir en una franja que abarca desde el norte de Sudamérica, cruzando el Océano Pacífico, hasta el sur de Asia, el Mar Arábigo y África. Países como Venezuela, Colombia, Ecuador, India, Pakistán, Bangladesh, Etiopía, Sudán y Nigeria estarían en riesgo. Sin embargo, todo está por verse, ya que su trayectoria podría variar en los próximos años y sobre todo en su ingreso a la atmosfera.
Si bien un objeto de este tamaño no representa una amenaza de extinción global, su impacto podría generar ondas expansivas de gran magnitud, daños en ciudades y afectaciones climáticas locales, dependiendo de si cae en tierra o en las profundidades del océano.
La Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA está a cargo de monitorear objetos cercanos a la Tierra y diseñar estrategias para mitigar una posible colisión. En caso de que el 2024 YR4 se convierta en una amenaza inminente, el protocolo contempla tres acciones clave a seguir adelante:
A su vez, la NASA estuvo desarrollando y perfeccionando en los últimos años estrategias para desviar asteroides o cometas potencialmente peligrosos. En 2022, la agencia espacial llevó a cabo la misión DART, en la que una sonda impactó contra el asteroide Dimorphos y logró alterar su órbita. Este experimento, que tuvo un costo de 324 millones de dólares, demostró que es posible modificar la trayectoria de un objeto espacial con suficiente anticipación.
Si se confirma que 2024 YR4 representa una amenaza real para la humanidad, una misión similar podría ser implementada para cambiar su curso y evitar una colisión con la Tierra. Sin embargo, el éxito de esta estrategia dependerá de cuánto tiempo haya antes del impacto y de la composición del cometa, factores que determinarán si un impacto cinético es suficiente o si se necesitaría una alternativa más avanzada, como explosiones nucleares en el espacio.