A partir del próximo 1 de enero, una nueva ley provocará un incremento del 15% en los peajes de varios estados, lo cual desató una oleada de críticas entre los automovilistas. Mientras algunos consideran estas medidas injustas, las autoridades aseguran que son esenciales para financiar mejoras en la infraestructura vial y poder tener una mayor recaudación.
En Oklahoma, todos los peajes subirán un 15% al inicio del año. De acuerdo a The Sun, la Autoridad de Autopistas de Peaje de Oklahoma explicó que estos ingresos adicionales serán destinados al ambicioso Plan ACCESS Oklahoma Turnpike, que ahora requiere una inversión de US$8 mil millones, 3 mil millones más de lo que estaba previsto originalmente.
Entre las rutas más afectadas está la autopista Turner Turnpike, cuyo costo pasará de US$4,50 a US$5,40. Otras vías como Will Rogers Turnpike y Muskogee Turnpike también registrarán aumentos significativos e impactarán principalmente en quienes usan estas carreteras diariamente para dirigirse al trabajo o llevar a los chicos a la escuela.
El aumento generó un amplio descontento entre los residentes. La fuente señaló que, para usuarios como Lakesha Johnson, el incremento representa una carga financiera difícil de sobrellevar. “Uso estas carreteras a diario y mi costo de vida sigue subiendo”, comentó.
Otros, como Caydan Griffin, cuestionan por qué los impuestos no son suficientes para cubrir los proyectos de infraestructura, mientras que algunos, como Johnson, reclaman que las carreteras deberían ser gratuitas.
Pese a las protestas, las autoridades defienden las subidas argumentando que son necesarias para mejorar la infraestructura y aliviar la congestión en rutas clave. Wendy Smith, portavoz de la Autoridad de Autopistas de Oklahoma, sostuvo que estos proyectos son esenciales para mantener la seguridad y eficiencia en las carreteras del estado.
Además del aumento inmediato, la ley establece incrementos automáticos del 6% cada dos años, lo que significa que para 2027 los costos serán aún mayores. Esta medida del modelo provocó dudas e incertidumbre entre los conductores, quienes temen que los aumentos continuos dificulten aún más la movilidad.
Además, la situación no se limita a Oklahoma. En Nueva York, los conductores ya pagan US$9 por circular en algunas de las áreas más transitadas de la ciudad, con el objetivo de financiar la Autoridad de Transporte Metropolitano y generar ingresos adicionales para proyectos de transporte público, aunque no está exenta de críticas.